Monday, May 2, 2011

¿Cómo hacer aterrizar al piloto? O ¡Corre por tu vida!

He aquí la continuación del post anterior "Pesadilla en la calle de la superación personal".

Un par de meses después del inspirador seminario “Nuevo horizonte”, estaba yo en mi oficina, concentrándome en no distraerme, cuando recibí una extraña llamada.

-Hola Martha. Soy Aerolano Altosvuelos (obviamente, nombre ficticio para proteger su identidad y mi vida).

-¿Aerolano?” ¿Eres de los de cobranza de American Express?

-No, no. ¿No te acuerdas de mi? Soy EL PILOTO.

-¡El piloto! Claro. ¿Cómo has estado?

-Antes de contestar tu pregunta, quiero hacerte otra. ¿Cómo cambió tu vida el seminario que tomamos?

- Hombre, pues así que tú digas, qué bárbaro, qué cambio, pues no. Tal vez ahora cuestiono un poquitín más a la autoridad antes de acabar por obedecer, pero fuera de eso….

-Ese curso cambió mi vida. La CAMBIÓ por completo. La cambió para siempre. Para empezar, me estoy divorciando.

-¿QUÉ? No te lo puedo creer. ¿Te estás divorciando de tu mujer, esa que te gustaba tantísimo? (evité comentar sobre su persistente deseo de copular con ella en público).

-Me di cuenta de que no era para mi. Me di cuenta de que todo fue una pasajera ilusión. Una quimera. Un espejismo. No fue fácil. De hecho, te estoy hablando del ala psiquiátrica del hospital ABC. Tuve un colapso nervioso. Un breakdown, que le llaman. Pero cuando salga, ¿te puedo invitar un café?

Piensa. Piensa. Piensa. Piensa. Eres casada. No. Ya sabe que no. En realidad, eres hombre. Hum. Tienes hongos en los pies. PIENSA. Una excusa. Rápido.

-Ehhh, esteeeee, eeeeee…..

-¡No se diga más! Cuando salga, te llamo. Gracias por escucharme, preciosa. Acabo de comprobar que la conexión que sentí contigo no estaba sólo en mi imaginación.

¿Conexión? ¿Cuál conexión? Cruzamos a lo mucho 10 palabras en el curso, casi siempre cuando él soltaba a su mujer para tomar aire. Y además, una no se siente demasiado inclinada a salir con alguien que le acaba de llamar desde el ala psiquiátrica del hospital ABC, o CDE, o el que sea. Hubiera preferido que me llamara el emo. Es más, hubiera preferido que me llamara el HIJODELAGRANPUTAQUELOVIONACER, que seguro fue quien le dio mi teléfono.

En aquél entonces, una de las cosas que no logré cambiar con el seminario “Nuevo horizonte” (aunque ya voy mejor) fue mi enorme dificultad física y emocional para decir simplemente “no”. Por eso, cuando el piloto llamaba (y llamaba sin tregua ni piedad), yo inventaba millones de razones por las cuales me era VERDADERAMENTE IMPOSIBLE verlo:

“Tengo una uña enterrada y no puedo caminar”.
“Me sacaron las muelas del juicio y estoy deforme”.
“Tuve un brote espontáneo de sarna tropical”.
“Me atacó la conjuntivitis aguda”.
“Insolación”. “Herpes”. “Fiebre aviar”. “Dengue hemorrágico”. “Insuficiencia renal”.

Ya casi se me estaban acabando los pretextos, cuando tuve la suerte de tener uno de verdad:

-Martha, habla Aerolano. ¿Estás mejor de tu acné post juvenil? ¿Ya te atreves a salir a la calle?

-Sí. La dermatóloga no sabe ni qué fué lo que pasó, pero ya con los peelings y las lociones voy mucho mejor.

-Entonces….¿vienes a cenar conmigo mañana?

-“Aerolano, ahora sí que no me lo vas a creer, pero me voy a Oaxaca a una boda”.

-¿A Oaxaca? Es bellísimo. ¿Ya has ido?

- No, es la primera vez.

-¿Y en qué vuelo te vas?

(Por qué razón no presentí los acontecimientos subsecuentes en ese preciso momento, nunca lo entenderé)

-No sé. Mi amiga Adriana, la que tomó el curso conmigo, fue la que compró los boletos. Nada más sé que salimos muy temprano.

-Ahhh, me acuerdo muy bien de Adrianita. Salúdamela mucho y disfruten Oaxaca. Te llamo la semana que viene.

-¿Pooor?

-Hasta entonces.

Al día siguiente, muy temprano en la madrugada, estabamos Adriana y yo en la sala de espera del aeropuerto, entregadas a lecturas profundas (Vanidades y Cosmopolitan), cuando mi amiga levantó la vista y con voz entrecortada me dijo:

-Martha…..el piloto….el piloto.

_¿Cuál de todos?

-Mensa….TU piloto. Viene derechito para acá.

-NOOOOOOOOOOOOOOO. Bueno, calma, después de todo es piloto. Es lógico que esté en el aeropuerto, ¿no? No me digas que es el piloto de nuestro avión. No, no puede ser, sería verdaderamente….

-“Hola Martha…Adriana…buenos días”.

Trémulamente, contesté:

-Buenos días, Aerolano. Qué casualidad ¿verdad? ¿VERDAD?

Adriana se sumergió en el cosmopolitan y me abandonó a mi suerte. Le pregunté al señor Altosvuelos a dónde se dirigía y con terror escuché las palabras: “A Oaxaca, linda”.

-¿Eres el piloto de nuestro avión?

-No. Vengo de pasajero.

-¿Y el atuendo? ¿Por qué vienes vestido de piloto?

-Eh…eh…es que así me puedo subir gratis ¿Quieren un café?

¿Un café? ¿Quería un tequila, un valium, una pistola. Quería que apareciera su ex mujer y les diera por copular en público otra vez. Quería que lo viera su supervisor y le dijera que el piloto González había faltado y lo tenían que mandar a Kuala Lumpur.
Quería todo menos que este personaje se nos pegara y pretendiera ir a turistear y luego a la boda de mis amigos. Quería preguntarle al HIJODELAGRANPUTAQUELOVIONACER que de dónde demonios había conseguido este hombre mi teléfono.

Mientras Aerolano, muy amablemente hay que admitir, fue por nuestros cafés, Adriana me advirtió que tendríamos que escapar del piloto a como diera lugar, porque si se nos unía, ella iba a emprender la graciosa huída. Yo le dije “Pero pobrecito” y ella replicó “Pobrecito ni madres. Es un acosador profesional. Ahora que si te da tanta lástima, paséalo tú”. “No, no, no, tienes razón. Acosador profesional. Asesino serial en potencia. Y además, es idéntico a Droopy”.

Al abordar, Aerolano, muy en su papel de pilotopasajero, saludaba a todos fila por fila, tocando ligeramente su gorro con la mano, a modo militar, y diciendo:
“Buen vuelo…buen vuelo….buen vuelo…buen vuelo”.

Adriana, la reencarnación de Nostradamus, se volteó y le dijo a la señora sentada junto a mi:

-Señora, en breves momentos aparecerá un piloto pidiéndole cambiar su asiento con el de él. POR NINGÚN MOTIVO Y BAJO NINGUNA CIRCUNSTANCIA SE CAMBIE DE LUGAR”.

La señora, apenada, dijo tímidamente:

-Pero…¿qué le digo?

-Lo que sea. Lo que sea.

Dicho y hecho, instantes después:
-Señora, si me permite, conozco a estas señoritas y me gustaría sentarme junto a ellas.

La señora, en un arrebato de genialidad, le dijo que estaba muy apenada pero que era extremadamente supersticiosa y que jamás se movía del asiento que le había tocado. Aerolano tocó su gorro, se despidió con otro “buen vuelo” y se fue a la última fila.

Durante el trayecto nos dedicamos a planear cómo ibamos a brincar de la fila 16 a la 1, salir corriendo, atacar la banda de equipajes y volar hacia la salida. Con todo y todo, yo me estaba sintiendo muy apenada con Aerolano pero no podía dejar de pensar en las 10,000 formas de perderlo en el aeropuerto de Oaxaca.

Aterrizamos. Brincamos. Corrimos. Corrimos más. Agarramos las maletas. No eran nuestras. Las devolvimos. Ahora sí, estas son. Corrimos. Corrimos más. ¿Sus comprobantes de equipaje? Dónde están los comprobantes? Los tienes tú. No. Los tienes tú. ¿COÑO,DÓNDE ESTÁN? Aquí están. Taxiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii.

Nos dio tiempo de ver a Aerolano waving goodbye y gritando “¿En qué hotel estáaaaaaan?

Lo peor del caso es que me tardé horas en sacudirme la culpa que me dio. ¿Lo invite? No. ¿Entonces? ¿Por qué me sentía como Cruela de Vil, como la madrastra de la cenicienta, como Catalina Creel? Me imaginaba a Aerolano, con aquél calorón, enfundado en su flamante uniforme de piloto, sentadito en una pirámide, buscando el teléfono del ABC.

Nunca volví a verlo. Me llamó una última vez para decirme que Adriana era una bruja (jajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja) y que estaba seguro de que, de no haber estado ella, hoy seríamos muy felices.

Colgando con él, me inscribí al fructífero curso “Aprenda a decir que no sin culpa”. Después de todo, una tiene que seguir en este camino de la superación personal, ¿o no?

--- por Martha Soler @cholechita @estrogeno3

13 comments:

  1. Como siempre, es un gran deleite leer las grandes historias de Martha... gracias, me fascino!!!

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  2. Muy divertida tu historia como siempre Martha Jajajaja me reí y me reí. Me hizo acordarme de ocasiones en que yo también he sufrido las consecuencias de querer ser buena y linda y no decir NO y punto. Creo que es algo que a muchas personas nos cuesta trabajo hacer.
    Gracias Martha por tus historias tan divertidas y que tanto nos enseñan.

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  3. Gracias Yolanda. Gracias, anónimo. Y recuerden......NO.

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  4. Deja tú que fuera un acosador, que se divorciara en una semana, que no se quitara la gorra ¡Era idéntico a Droopy! Eso me dejó profundamente marcada.

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  5. Sí, pobrecita de mi. He tenido sueños con esos, sus cachetitos.....

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  6. Marthita!! Cómo reí.... Claro, decir "no". Nos evitaría tantos desmadres, aunque.... evitaría grandes historias como esta. Te mando un besote!

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  7. Muy divertida la historia, pero me imagino que a muchos les ha sucedido en realidad.

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  8. Como siempre, todo lo que escribes ¡Es genial! Me encanta leerte pues hace mi día muy divertido. Esperamos la tercera parte, o cualquier otra de tus genialidades.

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  9. jajajaja! Eres buenìsima Martiux, muy divertida!! Gracias!:D

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  10. NO me gustó para nada.....
    que ese HIJODELAGRANPUTAQUELOVIONACER te persiguiera por todos lados!, pero si me encantó la historia... como cuento :-), que entretenida eres! bss

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  11. jajaja... buenisimo! siento decir esto, pero espero que te sigan pasando este tipo de aventuras para que nos puedas seguir deleitando con las historias! Lo dicho... soy tu super fan!

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  12. NO!!!!... bueno... depende... no?

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  13. Ahora lo entiendo TODO! Seguro te quisiste vengar de Adriana por habarte separado del hombredetuvida llevándome a la fiesta de solteros... No. Todavía no te lo perdono.

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