Monday, June 13, 2011

La mirada del poeta

A Javier Sicilia, el Poeta.


Paradójicamente Javier se apellida igual que como se llama la isla donde se dice que nacieron los primeros mafiosos: Sicilia. Y es poeta. Y está herido de muerte.


Y su dolor lo ha hecho caminar por senderos tan insospechados para él mismo, que todo parece indicar que se trata de alguien predestinado.


Muchos ciudadanos agraviados por la podredumbre de un sistema de justicia cruel e inhumano han levantado la voz a lo largo de los últimos años, más es la primera vez que un poeta lo hace en primera persona. Con esa voz dulce y a la vez enérgica que los caracteriza. Transmutando el dolor en palabra, y la rabia en cadencia. Abriendo una compuerta que no estaba contemplada por los bandos en guerra: el amor.


Todo nace del dolor de lo que muere. La primavera brota de los restos fríos del invierno.


Mientras la razón oficial y el crimen organizado, espejos de sí mismos, repiten como merolicos sus sinrazones, el poeta les habla de amor al prójimo, de perdón y compasión. Mientras que el presidente enciende los ánimos de guerra, y acentúa aún más las divisiones, el poeta en cambio, habla de unidad como la única forma de alcanzar la paz.


Qué fácil es declarar una guerra cuando no son tus hijos los que se sacrifican.


Cuando un presidente habla de guerra la está decretando. La palabra es el principio de la acción. Entre más hable un dirigente de guerra, más violencia habrá. Las palabras de miedo acaban convertidas en hechos de odio. La guerra política llevada a violencia en las calles. Todo aquel que detona una guerra en realidad está en pleito consigo mismo.


Y, al final, la guerra termina provocando algo distinto a lo planeado por los estrategas del miedo: provoca un pensamiento de unidad y paz.


El poeta nació, creció, y maduró espiritualmente hasta llegar a este momento histórico donde su mirada periférica tiene la misión de abrazar tantas voces y de hilvanar tantos caminos. Sólo la mirada de un poeta puede hacer visible la red de un solo corazón. El poeta no razona, palpita. No habla, canta. No ofende, desnuda. No juzga, ilumina. No violenta, pacifica. No lastima, consuela.


La fuerza política se sustenta en nuestras divisiones. El poder ciudadano nace de la unión de corazones. Los ciudadanos en México, y el mundo, están despertando. Gracias a las redes sociales se están uniendo y levantando la voz cada vez más fuerte. Es un parto de luz pública.


La mirada del poeta es de 360 grados. Es la mirada periférica, donde cabemos todos.


El despertar de la conciencia colectiva es un hecho. Al igual que el fin de la guerra política de la división. La serpiente de la dualidad se arrastra hasta que el águila de la unidad vuela. Los ciudadanos somos el águila que abrazados desplegamos las alas. Y, entonces, se cumple la profecía: México convertido en faro de luz del planeta.


La mirada del poeta refleja el amor a nosotros mismos.





Foto y texto: Santiago Pando @SantiagoPando

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