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Tuesday, March 1, 2011

Regálame un año más.

Cuando le dieron la noticia a mi hermana Chiqui de que su cáncer se había extendido por enésima vez, ahora al hígado y al cerebro, quiso dejar el tratamiento. Había estado luchando más de 4 años con una determinación inquebrantable. Por primera vez, consideró soltarse, dejar que las cosas tomaran su curso, rendirse ante lo que parecía inevitable. Estaba tirada en su cama, completamente drenada, cuando entró a verla Martín, su hijo mayor. Chiqui lo abrazó y le preguntó:

“Mi amor, ¿qué pensarías si abandono ya la quimioterapia, las radiaciones, la cortisona y toda esta tortura? No está funcionando. No creo que vaya a funcionar. Y yo ya no puedo más.”

Sabiendo que le estaba pidiendo algo imposible, mi sobrino le dijo la frase con la que mi hermana se levantó a dar la batalla final:

“No mamá. Por favor regálame un año más.”

Un año más con tu mamá es una eternidad. Es un año más de ejemplo, de apapachos, de consejos. Es un año más de historias, risas, apoyo incondicional. Es un tiempo al que no se le puede poner precio.

Sin embargo, eso no parece conmover a muchas de nuestras autoridades en la Secretaría de Salud, que están impulsando la modificación a "La Norma Oficial Mexicana 041-SSA2-2009 para la Prevención, Diagnóstico, Tratamiento, Control y Vigilancia del Cáncer de Mama" y pretenden, entre otras cosas, que la edad en la que se les debe realizar mastografías gratuitas a las mujeres asintomáticas quede hasta los 50 años. Esto va contra todas las recomendaciones internacionales, contra el sentido común y contra todas las mexicanas que no tienen dinero para pagar esta prueba.

Aprobar esta norma es robarle la oportunidad a miles de mujeres de hacerse este estudio vital a los 40 años, cuando está demostrado que es una herramienta que les puede salvar o alargar la vida. Es una herramienta que puede detectar el problema ANTES de que haya síntomas, cuando es temprano para actuar.

Uno de los principales promotores de esta iniciativa es Mauricio Hernández, Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud. A él parece no importarle las historias de las mujeres a las que se debe como servidor público, ni las familias que se rompan, ni los años que se pierdan. Parece que lo que le gusta es confundir con estadísticas que ni a él mismo convencen y ahorrarse dinero, esfuerzo y trabajo.

Este hombre ha caído en una serie de contradicciones impresionantes al tratar de justificar su postura. Por un lado, ha declarado que más del 70% de las muertes registradas por cáncer de mama se da entre mujeres arriba de los 50 años. Pero después, ha admitido que carecen de datos sobre las tasas de incidencia del padecimiento. Si bien hay poca información, la misma SSA ha publicado estudios que demuestran que cada vez más mujeres entre los 40 y los 49 años están enfermando.

Independientemente de que fuera cierto que hay un porcentaje mayor de muertes arriba de los 50 años, esto no habla del número de casos. Tampoco quiere decir que las muertes entre mujeres de 40 a 49 años sean menos dramáticas e importantes.

Una decisión sobre la edad en la que se administra una prueba tan vital debe estar documentada con argumentos incuestionables y contestar todas las dudas en lugar de generarlas. La SSA no cuenta con la información que justifique negarle a miles de mujeres una de las herramientas más reconocidas de prevención.

Algunas otras declaraciones del Subsecretario rayan en lo irresponsable y peligroso, cuando habla de los riesgos de la mastografía. En primer lugar, dice que las radiaciones que una mujer recibe durante la prueba pueden causarle cáncer. Está comprobado que cualquier persona recibe más radiaciones en un viaje de avión. ¿Cuántas mujeres dejarán de realizarse una mastografía gracias al miedo generado por una autoridad de salud? Esto es verdaderamente medieval.

Otro de los riesgos de los que habla es el posible daño psicológico en el caso de un falso positivo, que se da más frecuentemente en grupos de edad menores a los 50 años. Sin embargo, la mastografía no es el único examen. En caso de dar positivo, se realizan otros estudios como ultrasonidos o biopsias para confirmar el diagnóstico. ¿No es preferible pasar por un susto que no detectar un cáncer en una etapa temprana, cuando las posibilidades de tratarlo y curarlo son mayores? Sin mencionar que el dolor y el costo del tratamiento de un cáncer en etapa temprana es mucho menor.

Dijo también: "Tampoco es ético hacer una detección temprana si no existe la capacidad de personal e infraestructura para dar seguimiento y realizar la confirmación diagnóstica."¿Qué quiere decir con esto? Simplemente que para el Subsecretario es más fácil no diagnosticar porque si no después, también tiene que preocuparse por confirmar el diagnóstico y Dios no lo quiera, de ocuparse del tratamiento. Es demasiado trabajo para él.

Es cierto que en nuestro país enfrentamos retos muy serios en este tema. Hay pocos radiólogos calificados, por ejemplo. Pero la solución al problema no puede ser “hagamos menos mastografías”. La solución es capacitar a más y mejores radiólogos. Si hay pocos recursos, hay que conseguir más, pero una norma representa a lo que se van a comprometer nuestras autoridades. Por eso, debe estar basada en las necesidades y no en las dificultades. La norma debe contemplar proteger la salud de las mujeres, no justificar las deficiencias de nuestro sistema de salud descalificando una prueba que se recomienda a partir de los 40 años. ¿Con qué evidencias concretas nos van a convencer de lo contrario? Hasta ahora, yo no las he visto. ¿Las habrá visto el Secretario de Salud, José Ángel Córdova? ¿Dónde está él? ¿Esta enterado siquiera? ¿O está demasiado ocupado preparando su campaña para gobernador de Guanajuato?

Estamos en una carrera contra reloj. Las mujeres con cáncer de mama tienen prisa. La aprobación de la norma está planeada para abril. Simplemente, no podemos permitir que se apruebe tal como está.

La Fundación DARSER, de la que formamos parte, ha estado trabajando mucho para impedirlo. Hemos dado conferencias de prensa para alertar a los medios. Nos hemos manifestado frente a la SSA. Hemos hablado con senadores y diputados. Pero lo que necesitamos es sumar a mucha gente que se quiera unir a la lucha por todas las mujeres de nuestras vidas, sobre todo, las que no tienen recursos y a las que el subsecretario prefiere muertas, pero sin sobresaltos, sin sustos de falsos positivos, sin tiempo ni para darles tratamiento, que es otra responsabilidad que al parecer se quiere ahorrar.

Si estas de acuerdo que las mujeres mexicanas tienen el derecho a una mastografía gratuita a partir de los 40 años y que aprobar una norma que se los niegue es criminal, hazle saber tu opinión al Subsecretario Mauricio Hernández Ávila. Su correo electrónico es: mauricio.hernandez@salud.gob.mx y su twitter, @MHernan_

Su teléfono directo (publicado en la página web de la Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud) es: (55) 5062-1753. Ojala le llueva una avalancha de peticiones que lo haga reconsiderar.

Chiqui no logró regalarle a sus hijos un año completo, pero estuvo con ellos 8 meses más. Agradezco cada minuto, cada segundo de la vida que compartió con nosotros. Le deseo a todas las mujeres de mi país que puedan regalarle a sus familias el mayor y el mejor tiempo posible. Le deseo al señor Subsecretario el brote espontáneo de una almorrana sangrante.


--- por Martha Soler Mallet @cholechita


Si están interesados, este es un extracto del artículo de Javier Flores “Mamografía - la opinión de las organizaciones médicas” publicado en La Jornada.

Desde 2001 se publicó que el grupo de edad más frecuentemente afectado con cáncer de mama es el de 40 a 49 años; que globalmente las mujeres con cáncer de mama menores de 50 años representaron 45.5 por ciento del total de 29 mil 75 casos analizados del Registro Histopatológico de Neoplasias Malignas en México (Cáncer 2001; 91:863-8), y que la media de edad de las mexicanas con cáncer era de 51 años. En la revisión que hacemos ahora de casos tratados en las instituciones oncológicas de la ciudad de México (Hospital General de México, Instituto Nacional de Cancerología, Hospital de Oncología del Centro Médico Nacional, Instituto Mexicano del Seguro Social e Instituto de Enfermedades de la Mama) a 10 años de distancia de esa publicación, es evidente que el grupo con cáncer de mama entre 40 y 49 años de edad representa entre 35 y 40 por ciento del total y que se mantiene la misma tendencia.

Sobre la pretensión del proyecto de modificación de la NOM-041 de incrementar la edad para las mamografías en mayores de 50 años, y sólo en casos especiales a las menores de ese rango, las organizaciones médicas señalan:

No hay sustento para tal indicación. Dado que la mujer mexicana desarrolla el cáncer de mama en 40 por ciento de las veces, entre 40 y 49 años, no podemos desproteger a ese segmento de la población, que además por la biología del tumor (evolución más rápida, más difícil diagnóstico por la densidad mamaria) y del tejido mamario, la mayoría de las veces se diagnostican en etapas localmente avanzadas (E-III) con el inherente mal pronóstico. Esto, sin tomar en cuenta que en ese grupo la pérdida de años productivos es mayor (21), con el consecuente impacto económico para el país y donde la afección sociofamiliar es más intensa por la edad de los hijos.

Monday, October 18, 2010

"Querida Chiqui"

Querida Chiqui,

Hace más de tres años que no te veo. No sé con quién se queja uno de esta situación. No hay una ventanilla para hacerlo. No hay un número 01-800 para externar mi inconformidad. Ni siquiera hay alguien que tenga la culpa.

Me acuerdo un día en el que mi abuela, que por cierto ya no veía nada en aquél entonces, luchaba con unas pinzas tratando de sacarle los bigotes y algunos pelos de la barbilla a su hermana. Las dos ya estaban viejitas y al observar sus maniobras, tuve un intenso flash-forward en el que nos vi claramente, yo huyendo con mi andadera y tú detrás, con las pinzas y un enorme espejo de aumento.

Ese era el plan. Ese era el acuerdo entre las dos. Íbamos a estar juntas para obligarnos a usar la dentadura postiza, para cambiarnos el pañal de adulto, para contar un millón de veces las mismas historias a hijos, sobrinos y nietos, para visitarnos y tomar té con piquete, tejer carpetitas con ganchillo, ir al cine y preguntarnos en voz alta de qué va la película, pasear a los perros en el parque, jugar canasta, caminar encorvaditas a misa de 12…

Pero como dice Woody Allen:

“How can you make God laugh? Tell him about your plans”.

El cielo me quedó a deber este final.

Nuestra relación, he de confesar, tuvo un principio algo rocoso. Las primeras palabras que dije cuando te vi fueron: “Mamá, no te lleves a esa niña tan fea a la casa”.

Afortunadamente, mi madre no hizo caso y me OBLIGÓ a aceptar el mejor regalo que alguien me dio jamás:

Mi hermana chiquita.








Primero, fuiste famosa por tu belleza (cabrona). No había hombre que no desfalleciera, ni esperanza de competir contigo para ganar algún novio. Aún en la patética época en que todas intentábamos lucir el peinado de Farrah Fawcett, con atroces resultados, tú te veías chula de bonita.

Aunque eras la chiquita, siempre hiciste todo primero que yo:

- Te bajó la regla primero, cosa que me vino muy bien cuando te fui a buscar a tu cabaña en el campamento, aterrada, adolorida y sin saber qué demonios hacer.

- Manejaste antes que yo (porque simplemente no se me daba, como bien saben varios agentes de seguros).

- El primer beso, primero tú.

- Te casaste primero que la mayor, que en aquella época era una terrible humillación (para la mayor) y una enorme preocupación entre las tías (ridículo, pero cierto).














En fin, eras la chiqui-grande.

Éramos inseparables, o porque nos teníamos agarradas la una a la otra de las greñas, o porque no ha habido dos hermanas que se hayan reído tanto juntas.

Además de querernos con toda el alma, cómo nos caíamos de bien.

Pero un día, se nos atravesó el cáncer en el camino. Fue cuando te hiciste famosa por tu valor.

Yo pensaba “No puede ser cierto. Debe haber algún error. No hay antecedentes de cáncer de mama en nuestra familia. Ninguna tía, abuela, prima. Nadie. Pero bueno. Hoy en día esto se cura. Es una mutilación, es una pérdida, es una tortura para el cuerpo, para el alma. Pero se cura”.

Para mi desgracia y para la de todas las personas a las que tocaste, esto no siempre es cierto. Pero eso sí, mi niña, no te fuiste fácilmente. Luchaste como una fiera, te burlaste una y mil veces de ese rottweiler que no te quería soltar, te caíste, te levantaste, te caíste de nuevo y otra vez, ante nuestros ojos incrédulos, te levantaste cada vez más fuerte…por dentro.








Por fuera, el cáncer ganaba. Por dentro, no te pudo ni tocar. Tu sonrisa, tu espíritu, tu sentido del humor y tu inacabable amor nos hicieron ese terrible viaje más ligero y hoy, siguen vivos y nos susurran al oído todos los días. Pero ya no te puedo ver. YA NO TE PUEDO VER.

Otra de las cosas que tuviste que hacer primero que yo fue morirte, Chiquilina, y eso no estuvo padre. Más te vale que cuando sea mi turno, seas el primer espíritu que me salga a recibir, porque además, ya sabes lo norteada que soy. No me vaya a perder en el túnel de la luz y acabar atorada en algún limbo. Eso me lo debe el cielo, a cambio de tener que sacarme yo misma los bigotes y los pelos de la barbilla.

No pudimos cambiar tu historia, gordita. Y los hubieras ya no sirven más que para torturarnos. “Si hubiéramos detectado esto antes”, “Si hubieran encontrado la metástasis que ya tenías en el esternón”. ¿Qué hubiera pasado? ¿Estaríamos juntas hoy? No pudimos cambiar tu historia, pero puedo tratar de cambiar la mía, la de mis amigas, la de mis conocidas, la de mis desconocidas.

Tú decías que el cáncer era un maestro implacable pero espectacular. Yo sé, porque lo vi, que por absurdo que parezca te transformó en muchas cosas para bien y a nosotros igual. Pero también decías “ojala puedan experimentar en cabeza ajena, ojala puedan aprender a amar la vida sin tener que ver tan de cerca de la muerte, ojala sepan que pueden elegir, en cada momento, ser felices”.

Ojala que las mujeres que lean esta carta se levanten y se hagan un auto-examen en este momento. Ojala que los hombres que la lean le recuerden a las mujeres de su vida que lo hagan. Ojala que tengan más tiempo del que tuvimos juntas tú y yo.









Gracias Chiqui.

Gracias por todos los años de risas, de historias, de viajes, de pleitos y reconciliaciones.

Gracias por tus chinos y tus ojos grandes, y por esa sonrisa que iluminaba el corazón.

Gracias por el milagro de tu fortaleza, tu carácter y el sentido del humor con el que nos escondías tu dolor y tus miedos.

Gracias por esa alegría de vivir que contagiabas a manos llenas.

Gracias por darnos a tu esposo y a tus 3 increíbles niños, y por heredarnos a todos tus amigos y vecinos que nos han llenado de consuelo y apoyo.

Qué regalo fue tu vida mi amor, nuestro amor, amor de tanta gente.

Vuela libre, Chiqui adorada, pero no te olvides de sonreírnos desde allá arriba, para que nos vuelva a salir el sol.

Te quiero y te querré,

Tu hermana mayor/menor Martha.

--- por Martha Soler Mallet @cholechita @estrogeno3

Sunday, October 17, 2010

La autoexploración mamaria puede salvarte la vida. ¡No olvides hacerla una vez al mes!

La autoexploración mamaria es la observación y la palpación que una mujer hace de sus propias mamas. Es conveniente que la realicen todas las mujeres desde su juventud, todos los meses. Cuando la mujer vaya a realizar la autoexploración mamaria debe estar tranquila y relajada.
















El primer paso es realizar la inspección, delante de un espejo.











































Después se realizará la palpación, tumbada con un cojín debajo del hombro. La mano debe estar plana, con los dedos estirados, y con ellos en esta posición se realizara una suave presión de la mama contra las costillas. No debe olvidarse realizar la palpación de la axila.






























- Información obtenida de:

http://sites.google.com/site/cirujanosdealcaniz/informacion-para-pacientes/mama


- Estas imágenes han sido obtenidas de:

http://www.saludalia.com/saludaliaNuevo/interior/animaciones/swf/autoexploracionMamaria.swf
http://consumer.es/web/es/salud/prevencion/2005/04/11/141089.php


- También puede ser util para aprender a realizar la autoexploración consultar:

http://dmedicina.com/multimedia/autoexploracionmamaria.html