Saturday, October 30, 2010

Las brujas son mujeres



Las brujas son mujeres que acumulan años y guardan celosamente, en frascos y cajas, innumerables objetos e ingredientes:
rabos de ratón, alas de murciélago, patas de araña, lenguas de perro, uñas de muerto, plumas de lechuza, colas de lagartija, sangre de los ciclos lunares, tierra de los cementerios y raspaduras de mandrágoras cosechadas en noches de luna llena al pie de los ahorcados.

Son mujeres que conocen los poderes de los aceites, de las hojas y los musgos, de los frutos secos, de los hongos y de las setas venenosas, de las semillas y de las piedras. Mujeres que aprendieron a manipular líquidos pestilentes que nadie sabe de dónde provienen...

Las brujas son mujeres que conocen la utilidad de diversos polvos, de las raspaduras de belladona, de las escamas de los peces y de las primeras plumas de las aves. Son mujeres que leen presagios en los huesos y en los encajes de las alas de los insectos. Mujeres con recetarios escritos en las líneas de las manos...

Las brujas son mujeres envueltas por los vapores de infinitas cocciones y por los humos ennegredidos y calientes del hogar...

Las brujas son mujeres de mirada taladrante; a veces seductora, siempre malvada. Mujeres cuyos ojos centellean y poseen visos violetas o rojos como los trozos de carbón de una hoguera...

Las brujas son mujeres feas y repulsivas, jorobadas o encorvadas como dobladas en sí mismas. Mujeres de nariz ganchuda que resopla y levanta polvo, casi siempre adornada con una o varias verrugas oscuras y grandes. Pero son engañosas y a veces se disfrazan, y se las ve hermosas y seductoras.

Las brujas son mujeres con apenas una piel serosa recubriendo la estructura esquelética que rechina al caminar. Son mujeres que pisan siempre sus propias huellas cuando van y vienen por los caminos secretos. Mujeres que cojean por la forma pesada y deforme de sus pies aferrados a la tierra...

Las brujas son mujeres de madera, por lo que es posible descubrirlas si se les amarran pies y manos y se les arroja al río: si una mujer flota es que es de madera, y si es de madera es bruja... Ingenioso e infalible recurso que permite desenmascararlas, porque las brujas pasan inadvertidas con frecuencia. Ahora bien, si una mujer atada así es arrojada al agua y no flota y se hunde pesadamente, es que no era bruja por lo cual - Dios en su infinita misericordia- rocogerá en su seno su alma, para su salvación eterna...

Las brujas son mujeres y son de madera, por lo que la hoguera es la mejor forma de acabar con ellas: arden al instante; y como la madera no siente el dolor que puede sentir la carne humana, las brujas arden en silencio o con el leve chisporroteo de la leña, que asemejan una risa burlona...

Las brujas son mujeres nocturnas, que se hacen acompañar de animales nocturnos como los gatos y las lechuzas, y como ellos, ven en la oscuridad; no se tropiezan nunca en las sombras y eluden casi cualquier trampa que se les ponga. Son mujeres que, utilizando escobas, escapan del peligro lanzándose en vertiginoso vuelo al amparo de la luna.

Las brujas son mujeres manejan las artes y las artimañas demoniacas del engaño, dominan las magias generadas por la tierra: engendran peligros. Son mujeres que beben y respiran el bien y el orden, para después, entre risas y cantos, vomitar y exhalar el mal y el desorden. Mujeres habitantes de la entropía...

Las brujas son mujeres que tejen un manto de las herejías para cubrir al mundo y sumirlo en las sombras...


--- Extracto e ilustraciones de "Las brujas son mujeres" de Xabier Lizarraga Cruchaga publicados con autorización del autor.

Tuesday, October 26, 2010

"No estoy gorda. Estoy metabólicamente alterada."

Hoy en día existe una enorme preocupación por usar términos políticamente correctos para no ofender a gran cantidad de grupos. Dios nos libre de decir negro en lugar de Afro-americano. No se te ocurra pronunciar discapacitado, cuando claramente se trata de una persona con capacidades diferentes. Es preferible decir de la tercera edad que viejo y es mucho más amable referirte a alguien feo como estéticamente retado.

Pero eso sí, nadie se contiene cuando se habla de un gordo o gorda. Los calificativos en este caso no tienen freno e incluyen algunas joyas como puerco, marrano, mole, cebo, bola, cerdo, bofo, balón. Algunas veces, se hace énfasis agregando terminaciones como puercAZO, cerdAZO o marranAZO, según la cantidad de sobrepeso observado. Incluso, el término más comúnmente aceptado suena como un insulto:

OBESO.

Casi es preferible que te digan hijo de puta.

Personalmente, creo que es hora de que los que hemos padecido tanto el mal como la discriminación asociada nos unamos y exijamos que los gordos y gordas del mundo seamos tratados con igualdad y respeto. Desde hoy, propongo ser conocidos como los metabólicamente alterados.

En efecto, es más largo de decir. Cuesta un poquito más de trabajo. Sin embargo, la frase será un gran paso en la lucha por los derechos humanos.

¿Sabían, por ejemplo, que las personas metabólicamente alteradas ganan menos que las gentes delgadas? Y eso si consiguen el trabajo, que es más factible para los que tienen menos kilitos que más. La situación se acentúa si eres mujer. A las mujeres, las redondeces se nos perdonan mucho menos.

Es verdad que la obesidad se cura cambiando tu estilo de vida y eso es una decisión personal. Pero también es verdad que es muy, muy, muy difícil de lograr y de mantener. Hay algo de cierto y algo de falso en la frase “Está gordo/a porque quiere”. Nadie QUIERE estar gordo/a. Nadie se sube a la báscula rezando por haber subido otros 10 kilos aparte de los 20 extras que ya tenía. Nadie celebra la resistencia de pantalones, blusas y faldas a cerrar. Nadie dice “Me encanta lo cachetona que salgo en esta foto” o “ Qué padre. Ya no me queda nada. Tengo qué comprarme la talla que sigue”. De hecho, en los peores momentos, dan ganas de cavar un hoyo (que encima cuesta más trabajo porque tiene que ser grande) y esconderse para siempre.

Estar metabólicamente alterado se percibe socialmente como una debilidad que es CULPA del que la padece. Por eso, genera más empatía estar enfermo de cualquier otra cosa. Pero la obesidad ES una enfermedad. Es muchas veces genética y crónica. No lo digo como excusa, porque como en cualquier otro mal, hay que aprender a vivir con él y a tomarse la medicina. Lo digo porque como una persona metabólicamente alterada en franca recuperación, me gustaría que los %$·%$%”$%&&$$% flacos entendieran nuestro calvario.

Por muchas razones emocionales, yo me comí el estrés, la pena, la angustia y el dolor que se generaron en una época de mi vida. Cómo consuela el taco, la torta, la tostada, la pizza, la hamburguesa, la quesadilla, los sopes, los tlacoyos, los bolillos, los molletes. Cómo da gustirrinín la copita de vino, el bife de chorizo, la papa al horno con crema, tocino o mantequilla. Si es navidad, no puedes dejar pasar los turrones y los romeritos. Si es septiembre, los chiles en nogada. Si es Octubre, el pan de muerto. Cómo vas a hacer dieta si tienes una cena, una boda, un bautizo, un funeral. Cómo vas a decirle no a la botana y al postre. No cabe duda:

Masticar es gozar. Y cuando eres hija de un español, puede ser, además, motivo de orgullo (hasta que exhibes los síntomas del gozo en el culo).

A veces, toma mucho tiempo encontrar el camino de regreso. Tal vez tienes que verte de reojo en una vitrina y pensar por un segundo que Paquita la del barrio está frente a ti…hasta que te pides el autógrafo a ti misma. Tal vez tienes que empezarte a vestir de beduina hasta en épocas de terrible calor, o romper una silla, o reventar un zipper, o perder a un galán, o evitar a un posible galán. Tal vez, sólo necesitas hartarte de sentirte fatigada, sofocada y enferma.

En mi caso fueron all of the above. Bueno, no rompí una silla y el galán se esfumó desde antes de la alteración metabólica. Y más que a Paquita la del barrio, le daba un aire a la cantante de mocedades (un poquitín menos alterada).

No sé cómo pasó, pero aquí estoy, 27 y medio kilos después, a sólo 6 de la victoria total, poniéndome jeans y camisetas, tirando jorongos y tiendas de campaña, participando en maratones y caminatas, nadando….y siendo feliz.

En mi gordiclínica nos dijeron que no debemos asociar nuestra auto-estima a nuestro peso, pero yo opino que, tristemente, eso es BULLSHIT. No debería de ser, pero es. Todos los metabólicamente alterados, pasados o presentes, somos hermosos por default. Tenemos mentes brillantes y corazones gigantes y en general, un gran sentido del humor que usamos muchas veces como defensa. Deberíamos ganar lo mismo que la flaca de junto y tener la misma oportunidad con los prospectos románticos. Nadie nos debería decir marranos, puercos, ni pinches gordos. Pero pasa. Y no debemos acostumbrarnos a eso.

Pero tampoco debemos acostumbrarnos al sobrepeso y a un estilo de vida que más bien es de muerte. Quiero decirles a todos los que hemos pasado por la experiencia de la gordura que dentro de nosotros hay una versión más ligera y saludable de nuestra persona, más en control, más conciente de sus sentimientos, de sus posibilidades. Quiero decirles que no se trata de no comer, sino de comer mejor, de ajustarnos a un “presupuesto calórico” que sólo nos va a alcanzar para ciertos lujos, pero que nos podremos dar ocasionalmente. Quiero decirles que yo, que sólo corría si alguien me venía persiguiendo con un cuchillo, estoy entrenando para caminar un maratón. Si yo pude, todos podemos.

El hecho de haber dejado la gordura atrás no hace que deje de sentirme parte del grupo de los metabólicamente alterados. Siempre entenderé lo que se siente. Siempre tendré que cuidarme de no recaer. Y carajo, nunca me dejarán de gustar las tortas, los tacos, las pizzas, la paella, la fabada, el vinito, el bife de chorizo, las quesadillas, los sopes, los tlacoyos……

Bajar de peso es la parte fácil. Mantenerte es el verdadero reto.

En el engordar como en el adelgazar, ¡la cosa es empezar!

Empiecen hoy. Suelten esa rebanada de pastel. Desempolven esos pants. Tiren las papitas a la basura. Repitan conmigo “me encanta el brócoli, me encantan los chayotes, se me antojan unos pepinos”. Disfruten el proceso. Trátense bien. Háblense bonito.

Y recuerden:

NO ESTAMOS GORDOS. Sólo estamos temporalmente alterados de lo que viene siendo nuestro metabolismo.

Los dejo. Voy por mis apios con chile y limón.


--- por Martha Soler Mallet @cholechita @estrogeno3 con la colaboración especial de Eduardo López Caturegli @lalolopez

Monday, October 18, 2010

"Querida Chiqui"

Querida Chiqui,

Hace más de tres años que no te veo. No sé con quién se queja uno de esta situación. No hay una ventanilla para hacerlo. No hay un número 01-800 para externar mi inconformidad. Ni siquiera hay alguien que tenga la culpa.

Me acuerdo un día en el que mi abuela, que por cierto ya no veía nada en aquél entonces, luchaba con unas pinzas tratando de sacarle los bigotes y algunos pelos de la barbilla a su hermana. Las dos ya estaban viejitas y al observar sus maniobras, tuve un intenso flash-forward en el que nos vi claramente, yo huyendo con mi andadera y tú detrás, con las pinzas y un enorme espejo de aumento.

Ese era el plan. Ese era el acuerdo entre las dos. Íbamos a estar juntas para obligarnos a usar la dentadura postiza, para cambiarnos el pañal de adulto, para contar un millón de veces las mismas historias a hijos, sobrinos y nietos, para visitarnos y tomar té con piquete, tejer carpetitas con ganchillo, ir al cine y preguntarnos en voz alta de qué va la película, pasear a los perros en el parque, jugar canasta, caminar encorvaditas a misa de 12…

Pero como dice Woody Allen:

“How can you make God laugh? Tell him about your plans”.

El cielo me quedó a deber este final.

Nuestra relación, he de confesar, tuvo un principio algo rocoso. Las primeras palabras que dije cuando te vi fueron: “Mamá, no te lleves a esa niña tan fea a la casa”.

Afortunadamente, mi madre no hizo caso y me OBLIGÓ a aceptar el mejor regalo que alguien me dio jamás:

Mi hermana chiquita.








Primero, fuiste famosa por tu belleza (cabrona). No había hombre que no desfalleciera, ni esperanza de competir contigo para ganar algún novio. Aún en la patética época en que todas intentábamos lucir el peinado de Farrah Fawcett, con atroces resultados, tú te veías chula de bonita.

Aunque eras la chiquita, siempre hiciste todo primero que yo:

- Te bajó la regla primero, cosa que me vino muy bien cuando te fui a buscar a tu cabaña en el campamento, aterrada, adolorida y sin saber qué demonios hacer.

- Manejaste antes que yo (porque simplemente no se me daba, como bien saben varios agentes de seguros).

- El primer beso, primero tú.

- Te casaste primero que la mayor, que en aquella época era una terrible humillación (para la mayor) y una enorme preocupación entre las tías (ridículo, pero cierto).














En fin, eras la chiqui-grande.

Éramos inseparables, o porque nos teníamos agarradas la una a la otra de las greñas, o porque no ha habido dos hermanas que se hayan reído tanto juntas.

Además de querernos con toda el alma, cómo nos caíamos de bien.

Pero un día, se nos atravesó el cáncer en el camino. Fue cuando te hiciste famosa por tu valor.

Yo pensaba “No puede ser cierto. Debe haber algún error. No hay antecedentes de cáncer de mama en nuestra familia. Ninguna tía, abuela, prima. Nadie. Pero bueno. Hoy en día esto se cura. Es una mutilación, es una pérdida, es una tortura para el cuerpo, para el alma. Pero se cura”.

Para mi desgracia y para la de todas las personas a las que tocaste, esto no siempre es cierto. Pero eso sí, mi niña, no te fuiste fácilmente. Luchaste como una fiera, te burlaste una y mil veces de ese rottweiler que no te quería soltar, te caíste, te levantaste, te caíste de nuevo y otra vez, ante nuestros ojos incrédulos, te levantaste cada vez más fuerte…por dentro.








Por fuera, el cáncer ganaba. Por dentro, no te pudo ni tocar. Tu sonrisa, tu espíritu, tu sentido del humor y tu inacabable amor nos hicieron ese terrible viaje más ligero y hoy, siguen vivos y nos susurran al oído todos los días. Pero ya no te puedo ver. YA NO TE PUEDO VER.

Otra de las cosas que tuviste que hacer primero que yo fue morirte, Chiquilina, y eso no estuvo padre. Más te vale que cuando sea mi turno, seas el primer espíritu que me salga a recibir, porque además, ya sabes lo norteada que soy. No me vaya a perder en el túnel de la luz y acabar atorada en algún limbo. Eso me lo debe el cielo, a cambio de tener que sacarme yo misma los bigotes y los pelos de la barbilla.

No pudimos cambiar tu historia, gordita. Y los hubieras ya no sirven más que para torturarnos. “Si hubiéramos detectado esto antes”, “Si hubieran encontrado la metástasis que ya tenías en el esternón”. ¿Qué hubiera pasado? ¿Estaríamos juntas hoy? No pudimos cambiar tu historia, pero puedo tratar de cambiar la mía, la de mis amigas, la de mis conocidas, la de mis desconocidas.

Tú decías que el cáncer era un maestro implacable pero espectacular. Yo sé, porque lo vi, que por absurdo que parezca te transformó en muchas cosas para bien y a nosotros igual. Pero también decías “ojala puedan experimentar en cabeza ajena, ojala puedan aprender a amar la vida sin tener que ver tan de cerca de la muerte, ojala sepan que pueden elegir, en cada momento, ser felices”.

Ojala que las mujeres que lean esta carta se levanten y se hagan un auto-examen en este momento. Ojala que los hombres que la lean le recuerden a las mujeres de su vida que lo hagan. Ojala que tengan más tiempo del que tuvimos juntas tú y yo.









Gracias Chiqui.

Gracias por todos los años de risas, de historias, de viajes, de pleitos y reconciliaciones.

Gracias por tus chinos y tus ojos grandes, y por esa sonrisa que iluminaba el corazón.

Gracias por el milagro de tu fortaleza, tu carácter y el sentido del humor con el que nos escondías tu dolor y tus miedos.

Gracias por esa alegría de vivir que contagiabas a manos llenas.

Gracias por darnos a tu esposo y a tus 3 increíbles niños, y por heredarnos a todos tus amigos y vecinos que nos han llenado de consuelo y apoyo.

Qué regalo fue tu vida mi amor, nuestro amor, amor de tanta gente.

Vuela libre, Chiqui adorada, pero no te olvides de sonreírnos desde allá arriba, para que nos vuelva a salir el sol.

Te quiero y te querré,

Tu hermana mayor/menor Martha.

--- por Martha Soler Mallet @cholechita @estrogeno3

Sunday, October 17, 2010

La autoexploración mamaria puede salvarte la vida. ¡No olvides hacerla una vez al mes!

La autoexploración mamaria es la observación y la palpación que una mujer hace de sus propias mamas. Es conveniente que la realicen todas las mujeres desde su juventud, todos los meses. Cuando la mujer vaya a realizar la autoexploración mamaria debe estar tranquila y relajada.
















El primer paso es realizar la inspección, delante de un espejo.











































Después se realizará la palpación, tumbada con un cojín debajo del hombro. La mano debe estar plana, con los dedos estirados, y con ellos en esta posición se realizara una suave presión de la mama contra las costillas. No debe olvidarse realizar la palpación de la axila.






























- Información obtenida de:

http://sites.google.com/site/cirujanosdealcaniz/informacion-para-pacientes/mama


- Estas imágenes han sido obtenidas de:

http://www.saludalia.com/saludaliaNuevo/interior/animaciones/swf/autoexploracionMamaria.swf
http://consumer.es/web/es/salud/prevencion/2005/04/11/141089.php


- También puede ser util para aprender a realizar la autoexploración consultar:

http://dmedicina.com/multimedia/autoexploracionmamaria.html

Wednesday, October 13, 2010

Friday, October 8, 2010

"It's NOT Raining Men"

En alguna sesión de psicoanálisis me quejaba yo de que no había un solo lugar en este país donde una pudiera conocer hombres disponibles y recomendables. Mi entonces psicólogo me dijo que los gimnasios y demás lugares para hacer ejercicio están plagados de estas mitológicas creaturas. Y puede ser que tenga razón. El problema, mis queridas estrógenas, es que conocer a alguien en medio de gemidos, contorsiones, maldiciones, resoplidos y sofocaciones no es necesariamente lo más glamoroso que te puede pasar en el día. Ya si estas actividades suceden después de varias cenas, copitas de vino, visitas al cine y demás artes de seducción, estamos hablando de otra cosa completamente distinta.

En el gimnasio, yo no necesariamente muestro mi lado más femenino. Recuerdo que una vez, uno de los entrenadores me subió a una elíptica y ordenó sin misericordia: ¡20 minutos!

Pasados exactamente 60 segundos, sentí como si alguien me hubiera vaciado un galón de gasolina en los muslos, seguido por un cerillo. Procedí a ponerme color catsup y a sudar copiosamente, mientras mis ojos se desbordaban de sus órbitas. Aproveché un momento de descuido para eludir al entrenador y emprender la huída hacia la caminadora, sólo para ser interceptada por mi torturador y regresada al potro de castigo. Junto a mi, había un señor de muy buen ver, que encontró este evento la mar de divertido, pero creo que sólo si hubiera sido un quiropráctico en busca de clientes me hubiera dado sus datos para una cita posterior.

Otro problema que tengo es que debo permanecer 100% concentrada en lo que estoy haciendo, o corro el riesgo de sufrir lesiones permanentes. En la caminadora, por ejemplo, no me puedo distraer con los monitores de televisión colocados estratégicamente frente a los aparatos. Si lo hago, mis pies parecen desconectarse de mi cerebro y las caídas han sido en general muy poco discretas. Si no puedo ver los noticieros, mucho menos puedo escanear el territorio buscando bombones apetecibles.

Claro que últimamente, mi condición física ha mejorado considerablemente. Ahora hago caminata dinámica tres veces por semana y nado el resto de los días. Si se me hace tarde, siempre está el wii fit o los múltiples dvd´s que he adquirido para tonificar, elongar, fortalecer, quemar, estirar y contraer. Pero he descubierto que en la pista, los hombres guapos son más difíciles de alcanzar que fuera de ella y la natación no se presta para iniciar conversaciones agradables:
“hoblugglugla…megluglugllamooorrrgggg, glugmarthablubblubbbb”.

Así que me voy a permitir expresar mi desacuerdo con mi entonces psicólogo y sugerir, en vez de esto, el supermercado. Es un misterio para mi, pero los hombres que viven solos sienten una especial predilección por comprar sus provisiones los jueves en la noche y por lo general, necesitan ayuda para escoger frutas y verduras.

También sugiero aficionarse a ir al estadio de futbol, ubicar al objeto del deseo y echarle porras AL MISMO EQUIPO QUE ÉL. Esto, señoras y señoritas, es de vital importancia. Si le van a ir al equipo contrario, mejor ni hagan el esfuerzo.

También se me ocurre inscribirnos a un curso de cata de vinos, o liderazgo de negocios, o desayunar tres veces a la semana en el club de industriales.

Ahora bien, existe la creencia popular que sostiene que sólo conoces a alguien cuando no lo estás buscando…. así que hagan caso omiso de todo lo que leyeron en este artículo. Siento mucho haber sido de nula utilidad.

Hasta la próxima.

--- por Martha Soler Mallet @cholechita @estrogeno3

Monday, October 4, 2010

¿Qué va a llevar?

Tenía el rostro arrugado como si acabara de oler algo pestilente. No sabía qué pero algo evidentemente la molestaba, quizás estar tras un mostrador, pasando el aparatito de los precios encima de las insulsas etiquetas con código de barras. Vendía libros pero para ella bien podrían haber sido aspirinas o leguminosas. En el monitor de la computadora que tenía enfrente aparecían títulos como Flaubert´s parrot de Julian Barnes, $179.00, Esperando a Godot, de Beckett, $119.00, El viaje del Elefante, de Saramago, $169.00 y el primero de la colección de cuentos de Phillip K Dick. Pensé que me estaba proporcionando felicidad a muy bajo costo, mientras ella (por alguna razón que yo no comprendía) no podía recibirla para sí misma. Sonreí y le dije: bonito día. No tuve respuesta.

--- por Patricia Cambiaso @pachycambiaso en colaboración especial.